Prefectura de Iwate: patrimonio histórico, naturaleza imponente y costa salvaje
Iwate es una de las prefecturas más extensas y menos pobladas de Japón. Reúne templos legendarios, antiguos centros culturales que rivalizaron con Kyoto, montañas majestuosas, onsen tradicionales y una costa de acantilados espectaculares. Es un destino perfecto para descubrir el lado más sereno, natural y cultural del noreste japonés.
Por qué destaca la Prefectura de Iwate
Hiraizumi es el punto de partida imprescindible. Este antiguo centro político y cultural conserva tesoros como Chūson-ji, cuyo pabellón dorado es uno de los grandes iconos del budismo japonés. A poca distancia, el templo Takkoku no Iwaya está construido directamente en una pared rocosa, creando una atmósfera única entre naturaleza y espiritualidad.
En el interior, Hanamaki ofrece onsen tradicionales donde se conserva el concepto de “toji”, estancias largas dedicadas al descanso en aguas termales. En la capital, Morioka, se combinan artesanías como la célebre nambu-tekki con una gastronomía local muy particular, como el famoso wanko soba servido en pequeños cuencos sucesivos.
La costa de Iwate, parte del litoral Sanriku, es uno de los paisajes marinos más dramáticos de Japón. Miyako destaca por su puerto y su cocina marinera, y desde allí se accede a Jodogahama, una playa blanca rodeada de rocas volcánicas. Al norte, en Kitayamazaki, los acantilados gigantes permiten contemplar uno de los tramos costeros más imponentes del país.
Cómo orientarte en la prefectura
- Hiraizumi: templos, historia y paisajes culturales.
- Zona Hanamaki: onsen tradicionales y naturaleza interior.
- Morioka: artesanía local, gastronomía y vida urbana tranquila.
- Costa Sanriku: acantilados, playas rocosas y pueblos pesqueros.
Un viaje entre historia sagrada, aguas termales y una de las costas más impresionantes de Japón.

